domingo, 19 de septiembre de 2010

Hombre blanco y ostia que te pegas

Soy el único hombre blanco en varios kilómetros a la redonda. Aquí solo hay mujeres y negros. Y no está mal, ya sabeis que yo siempre he sido muy mujeriego. Pues eso trae problemas, nada util estar siempre rodeado de mujeres. Si esta mañana hubiese estado con un congolés no hubiera sufrido el grave accidente que ahora os voy a relatar e ilustrar.

Estaba con mi amiga Tane, la de Málaga, y me he dado cuenta que el papayero tenía papayas, ingénuo de le he preguntado si el papayero aguantaría mi peso.

Me ha dicho que .

Pues me he subido. He utilizado un arbolito más pequeño para subir hasta alcanzar la primera rama del papayero que estaba a 2 metros del suelo. Todo parecía tan fácil..

Los 2 metros se me han pasado rapidísimos, y eso que por el camino mi glúteo derecho ha chocado contra la barabacoa que está al lado.



Ya en el suelo, me he sentido como muy tonto. Me he acordado que mi jefe estaba al lado y en efecto ya venía a socorrerme con cara de ‘eres gilipoyas’. Luego me he recolocado el hombro, que como siempre se me había salido del sitio (para los que no lo saben se me sale a la mínima, así que eso ha sido lo de menos). Con el hombro en el sitio ya me he podido levantar y decir a todos los presentes lo de ‘no, no, si no me he hecho daño’.

Sin embargo las caras aterrorizadas mirandome el culo me han asustado un poco. Afortunadamente llevaba un pantalón y un calzòn que han parado bastante el golpe. Aun así tengo una bonita magulladura digna de una historia de Denis Cooper.



Segundos más tarde, he sentido un picor en el pié, y ahí que tenía la mortadela típica del totero. No si ha sido el árbol o la barbacoa pero me he desgarrado la planta del pie, que resulta que ahí tenemos muchas terminaciones nerviosas. Afortunadamente, Tane, que es ginecóloga, me ha curado con mucha delicadeza.

Lo siguiente que he pensado es que me he cargado un precioso árbol, me he sentido mal. Encima las papayas están verdes. Más tarde he sabido que los papayeros estàn huecos por dentro como si fueran un cactus, pero claro eso son los congoleses los que lo saben, no las mujeres.



A pesar de la mortadela me he llevado el cuerno del toro. Estaba ayer de camino al sastre a por un pantalón a juego con el bolso cuando encontré este cuerno en el suelo, como si fuera una rama o una piedra. Así que pa la saca, que mi hermano es fans.



Esto es moda.



Me he enterado que entrò en erupción el año pasado pero no hacia Goma, sino hacia aqui, se supone que debemos de ver en la ladera de la derecha una zona como pelada.

3 comentarios:

  1. Ya vale no? que vas a volver a casa en pedazos en una maleta!!!BEsitos

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  2. Te abres la cabeza, el culo, el pie... no hace falta que imites todas las costumbres de por allí para integrarte! Llámanos algún día para que sepamos que sigues entero.

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  3. nene, estás hecho todo un George Miles de la jungla!
    tarzana!

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